La que no sale en las guías de viaje. La que no tiene que ver con la historia y con la música clásica. La que yo no conocía. La que para Joao es "la verdadera Polonia".
Ocurrió el lunes pasado por la noche. Cenábamos en el checo con motivo del regreso a
Portugal de Joao, Lucho y su amigo
Pedro que estaba de visita cuando se produjo la pelea más salvaje que mis ojos hayan visto.
Un par de energúmenos que cenaban en la misma mesa (y que iban bastante borrachos) se liaron a hostias entre ellos, cayendo sobre otras mesas. A la pelea se unió un buen número de personas y los camareros. El resultado final: a uno de ellos (el de rojo en el vídeo) le reventaron literalmente los morros. Al otro energúmeno, después de que le echaran por primera vez del local como se ve en el vídeo y al volver a entrar en el restaurante, los camareros lo cosieron a patadas de tal modo que no pudo volver a levantarse por sí solo.
Lo mejor de todo es la aparición de la policía. Unos pocos minutos después de que todo terminara, en un
Fiat Brava, trompeando en dirección contraria y clavando el coche en la puerta. Bajan de paisano del coche un
ciclao enorme y un tipo con una chupa de cuero y un cordón de oro con la placa de detective a lo
Miami Vice.
No había visto nada así desde que estoy aquí, pero los portugueses me insistían que es la tónica habitual cuando salen de fiesta por la noche. Que los tíos en Varsovia necesitan un motivo muy pequeño para pelearse.
Es cierto que he notado esa agresividad, pero... Espera un momento... Ya ví como unos seguridades como gorilas le reventaban los morros a otro en el
Harlem (es el nombre de un garito)... y no me acordaba.
¿Por qué es esto? ¿Bacalas polacos? ¿Represión o falta de educación? He oído historias tremendas sobre peleas de polacos: entre estudiantes, entre colegas... pero sin duda, la mejor la que me contaron sobre un tío que subió a un autobús y le dijo a otro: "maricón". Y empezaron a reventarse a hostias. Y al final, uno le dijo al otro: "¿por qué nos pegamos?". Y el otro contestó: "No lo sé."
La
otra Polonia.