Por sorpresa, Luis, uno de los tres chicos portugueses con los que compartimos lavabo y comedor nos anunció que volvía a Portugal. Nos habló de sus problemas de adaptación y de que no era felíz aquí. Nos dió un abrazo, cogió su maleta y se marchó.
Es curioso, porque la noche anterior, durante la cena internacional le pregunté su nombre... Y al día siguiente se marcharía... Lamento no haberle conocido más durante este breve tiempo.
Aquí dejo una foto de esa noche (ha hice yo mismo) y mi recuerdo para él. Le deseo lo mejor, como ya hice cuando se fué.

No hay comentarios:
Publicar un comentario